lunes, 2 de marzo de 2009

PRINCESA

Como la más apetitosa de las frutas
te has conservado para quien te ame,
y con noches de sueños eternos cubres
los cuerpos de amantes lejanos.

Cuántos días te han transfigurado,
cuántas palabras te han tocado en
las inumerables historias de amores
pasados.

Cometas que han cruzado por tu cielo
descubren la esencia de ritos dorados,
como visitantes nocturnos de balcones
que ahora están desolados.

¿Cuánto más habrás de esperar
al hombre que destape todos los secretos
y le entregues el tesoro oculto
de tus jardines abyectos?

Pero algún día vendrá el guerrero
que limpie tus lágrimas con besos
y te lleve hasta la tierra pura
de amores que no tocan los celos.

Mientras tanto hoy me conformo con ver
de lejos la brillante ciudad de tus deseos,
con sus caminos de dulces flores que conducen
hasta el altar donde los mortales dejan de serlo.