jueves, 19 de febrero de 2009

LA CULPA LA TIENES TÚ

Fuiste tú la que llenó el espacio
con tus alegrías y tus temblores de mujer
al abrir los ojos y al cerrarlos
como quien hace la luz con un suspiro
como quien crea el universo con la mente.

Tú fuiste la culpable de que mis viejos huesos
y mis viejas venas florecieran como brazos de primavera
la que al cerrar la puerta abría el corazón de la selva.

Fuiste tú con los días de soles incandecentes
con la figura de líneas perfectas
la que en un sueño te develas
y los artistas dan la vida por quitar tus caretas.

Tú fuiste la culpable de que mis ríos renacieran
que las palabras confluyan como sangre por las venas
que los ojos se hayan llenado de ti
y las manos se volvieran locas por tus carreteras.

Fuiste tú, y no queda más que decirlo
fuiste tú con tus luces de luciérnaga
con la calma de los mares sin tormenta,
con el vaivén de tus caderas.

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