lunes, 5 de octubre de 2009

UNA PROMESA SIN PALABRAS

Una mirada,
sólo fue una mirada
y la atracción fue inevitable.

Un instante,
sólo fue un instante
y la noche ya nos esperaba.

Cuando nuestras soledades se encontraron
la historia ya había sido contada.

Hoy respiras en mi piel
y duermes en mis pensamientos,
somos pequeñas gotas de miel
y vivimos de recuerdos.

Como hojas al viento
sobrevivimos tempestades,
prisioneros de un tiempo
que no respeta edades.

Lo nuestro quedará como un tesoro
esperando el día que lo abras,
como una veta de oro en la montaña
como una promesa sin palabras.

1 comentario:

Unknown dijo...

Manuel, como siempre, un placer leer tus pensamientos.... En particular, gracias por este grito ensordecedor del silencio!!!!