Te siento lejos y la luz de tu mirada me abandona,
se apartan los rayos de tu sol incandescente,
y el frío cubre el campo que te añora.
Tu luz tocó la fibra exacta de mis días,
con tu perfecto mirar que me derrite,
calor que se confunde con la vida,
erupción de miles de deleites.
Y estás ahí, en algún lugar de este mundo que dominas,
llenando de alegría a otros seres más afortunados,
regando de sonrisas, de besos, de tu presencia,
sitios que ya no me confías.
¡Pero feliz...! Radiante como diosa inmaculada,
llena de tus ansias que desbordas como fuente,
sabiendo que serás por siempre amada
y lejos de ti hay alguien que muere por verte.
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