jueves, 30 de agosto de 2007

LOCURA


Hoy ya no te reconozco, de algún lugar has encontrado la seguridad que te faltaba para dejarme. Tu voz es un recuerdo de voces antiguas, de brujas celtas, de brujas mayas. El fuego ha abandonado tu mirada y tu piel se ha resecado. ¿Dónde está la virgen del oceano? ¿Dónde quedó la musa sexual de los iluminados? En medio de este bosque desolado, pido al Dios eterno que ayude a mi alma. Un rayo salvador que me libere, una torrente de agua desbordada, un eclipse psicótico de hiel, un enjambre de avispas alocadas. Pero que vuelva el fuego, que vuelva la yegua desbocada, el mar de mi alma, el sol de mi galaxia lejana.

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