domingo, 2 de septiembre de 2007

AUN


Aun no ha pasado ni una hora desde que cerraste la puerta del coche y bajaste rápido, como ave herida, aun siento tu cuerpo junto al mío, calido, terso, como una pequeña leona en celo. Aún tengo tu aroma en mi piel, el olor de tu sexo hermoso y misterioso, aun mi mente te ve cuando cierro los ojos, aún escucho tu voz de murmullos antiguos, aun mi corazón palpita rápido, desesperado, triste. Pero aun guardo tu sonrisa engarzada a la mía, y tus manos apretadas, como si en ese acto se fuera la vida, como si un pequeño movimiento en la hubicación de los planetas pudiera cambiar el destino de nuestras almas. Y sobre todas las cosas aun guardo una esperanza, un reducto de alegría en este pantano, una luz sobre las copas de los árboles, una canción de triunfo en la batalla y un suspiro en la hora en que decidas regresar.

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