jueves, 28 de febrero de 2008

Aprendiz


Vaya que si he aprendido algo después de todo,
que el mundo y la gente no valen nada,
que la humanidad esta destinada a su destrucción,
que los hombres son malos por naturaleza y sólo se
mueven por conveniencia.

Del amor, ¿qué decir?, una ilusión óptica,
una reacción química que sólo sienten los débiles,
un juego en el que siempre hay un perdedor,
una pequeña muerte anunciada.

¿Qué si aprendí bien, preguntas?
Claro, no entregar el corazón,
no darle de comer a las fieras, ni confiar
en las dulces palabras, en el cálido aliento,
ni en la felicidad confiable.

Hoy, tu aprendiz pone en práctica tus enseñanzas.
He vuelto a los días sin esperanza, a los besos
sin sentido, a los cuerpos desechables,
al amor sin compromizo.

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