Hoy me he preguntado desde cuándo comenzó el final,
y lo único que se me ocurre es que empezó desde el principio,
cuando tus palabras frías dijeron no tenemos nada,
cuando la duda y el miedo llenaban tu alma.
Hoy me pregunto si algún día me amaste,
y no logro responderme, no logro decifrate,
hoy sólo sé que un rencor antiguo y ajeno te domina,
y que en la noche de mi muerte me negaste.
Hoy, cuando el calor de tu cuerpo se ha perdido,
cuando tu aliento que alimenta me ha dejado,
no sé más que decir que es una lástima, que
es una verdadera pena haberte conocido y separado.
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