miércoles, 4 de agosto de 2010

DESCONSOLADO


En este mundo que llaman recuerdos, aún eres la princesa del cuento,
virgen como los olmos del bosque, que lloran cuando el viento los abraza.

Mientras las paredes retienen el último aroma que dejó tu aura,
las rosas te miran desconsoladas, buscando la luz que dejaron tus ojos
siguiendo el camino que trazaste para que nunca te encontraran.

Hoy, mientras mis manos se acostumbran a no tocar nada,
y las piernas me llevan por senderos oscuros que no acaban
recuerdo la luna mientras dormías en sueños de hojas doradas.

¡Te necesito!, te necesito por las tardes, por las noches y por las mañanas,
pero de eso no quieres saber nada.
Y yo que muero lentamente en este rincón del samsara,
quisiera sentir un poco del consuelo que solías cultivar por los seres que amabas.

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