miércoles, 25 de agosto de 2010

REGRESO AL MICTLÁN


Dejo esta ciudad que me tuvo entre sus brazos. A donde vine a curar mis heridas, a donde salí huyendo de la muerte, de la soledad, de la tristeza y la desesperanza. En unas horas tomaré el autobús que me lleve de regreso a mis recuerdos más felices y también a los más dolorosos.

¿Cómo será encontrar la casa vacía? ¿Qué sentiré cuando abra la puerta y no estén detrás de ella? Lo voy a averiguar en unas horas. Mientras disfruto los últimos momentos de mi visita en esta tierra donde nacieron mis abuelos, mi tío, mi madre. Puedo ver la luna llena mientras el sol se oculta en medio de tintes rosados y violetas y no dejo de pensar en otros tiempos, no sé si mejores o no, pero otros tiempos que jamás volverán.

De mi visita me llevo cosas invaluables: cariño de hogar, de sangre, de familia. De padres sustitutos que me arrullan con palabras de consuelo y abrazos cálidos. Me llevo una pequeña sensación de tiempos renovados, de esperanzas reflejadas en ojos claros, de reencuentros imposibles que traen un alivio a años y años de esperanzas perdidas.

Adiós Guadalajara, adiós Jalisco, recuerda que tenemos una cita, que por mis venas aún corre sangre proveniente de tus magueyes, que mientras quede vida mis ojos siempre voltearán a ti, al origen, a la madre. Y me voy al lugar donde habitan las sombras, al rincón del mundo donde los fantasmas caminan de la mano con los vivos, donde mi corazón aún late fuerte cuando menciono su nombre y su figura desmembrada se hunde en el mar, al sitio donde alguna vez volaron los sueños y una noche estrellada soñé que era feliz.

No hay comentarios.: