martes, 1 de junio de 2010

REEDUCAR CEREBROS PARA ALCANZAR EL PUNTO MEDIO: ideas en el núcleo del budismo.

Judith Hansen
The Southwest Times Record / Column
Viernes, 07 de mayo de 2010

En general, aunque no es una super estrella, estuve encantada de saber que el Dalai Lama estará en Fayetteville dentro de un año.

Yo no cruzaría la calle para ver a la mayoría de las personas consideradas como “celebridades”, pero sí podría estar dispuesta a escalar las montañas de Boston para ver a este Dalai Lama.

Tenzin Gyatso nació en 1935 como el hijo del medio, en una familia numerosa de agricultores pobres en el Tíbet. Aún no había cumplido 5 años cuando fue instalado como el jefe del gobierno tibetano. En 1949, se hacía un gran despliegue por la reconstrucción de las ciudades dañadas por la guerra, la Guerra Fría terminaba, y China invadía al Tíbet utilizando finalmente medios brutales para reprimir un levantamiento indígena allí. Aunque en 1954, el Dalai Lama se reunió con Mao Zedong y otros líderes chinos incluyendo a Deng Xiaoping y Chou Enlai, para sostener conversaciones de paz; en 1959, se vio obligado a huir a la India, en Dharamsala, donde todavía reside como el líder del gobierno tibetano en exilio.

Pero no es por la historia política del Dalai Lama, que yo se los recomiendo en este momento tortuoso. Es por su vida y por las enseñanzas espirituales que el mundo necesita.

Hay muchas cosas que hoy en día parecen oponerse a las ideas en el núcleo del budismo, en particular la idea del “Camino Medio”, que enseña que la iluminación espiritual no se encuentra ni en el ascetismo extremo ni en la auto-indulgencia sensual, pero que de alguna manera está entre la dos extremos y que es mejor que cualquiera de los dos.

No confundan al “Camino Medio” con un simple compromiso. Un proyecto de ley del Congreso que contiene cinco exigencias liberales y cinco demandas conservadoras no ejemplifican el “Camino Medio”: El unir los extremos no significa necesariamente crear algo mejor que cualquiera de los dos.

Tengan en cuenta la dicotomía entre la guerra y la rendición. No existe un punto medio a encontrar entre las dos. Más bien, la paz es el camino del medio, una elección basada en la compasión y en la sabiduría, no en el compromiso.

Así que muchas de las cosas que debemos enfrentar pueden expresarse como parejas extremas: liberal vrs. conservador; republicano vrs. demócrata; cristiano vrs. musulmán, musulmán vrs. judío; patriota vrs. traidor; halcón vrs. paloma, negro vrs. blanco; ciudadano vrs. “ilegal”; Lincoln vrs. Halter (deberíamos vivir el tiempo suficiente, vrs. Boozman); creacionismo vrs. evolución; homosexual vrs. heterosexual.

Imaginen cuánto más útiles podrían ser nuestros esfuerzos, si pudiéramos escapar de la polarización de todos nuestros asuntos, y en lugar de esto buscar la solución de nuestros problemas.

Imaginen lo que podríamos lograr si, en vez de buscar siempre ganar o hacer que alguien más pierda, mantenemos la paz y la paciencia. Imagínense si en vez de buscar acumular más y más y más, tratamos de dar más y más y más. Imagínense si el éxito no se midiera en tronos, oro, tierra y poder; pero sí en el mejoramiento de todos los seres.

El liderazgo espiritual del Dalai Lama no se expresa en jerarquías, catedrales y escándalos, y su liderazgo terrenal; no se expresa en palacios, ejércitos y escándalos.

La escritora científica Sharon Begley ha escrito un libro sobre la relación entre una nueva comprensión de la naturaleza del cerebro, y las ideas budistas largamente conservadas, acerca de cambiar la mente a través de un esfuerzo mental.

El Dalai Lama tiene un gran interés en la ciencia moderna. Él ha seguido de cerca el desarrollo de las ideas acerca de la “neuroplasticidad” de los cerebros, su capacidad de cambiar físicamente en respuesta a los cambios en los organismos.

“Es un principio fundamental budista, que la mente humana tiene un enorme potencial para la transformación”, escribe el Dalai Lama. “Los practicantes budistas familiarizados con el funcionamiento de la mente, están conscientes desde hace mucho tiempo, que ésta puede ser transformada a través del entrenamiento mental. Lo que es emocionante y nuevo, es que los científicos han demostrado que con este entrenamiento también se puede cambiar al cerebro.”

El erudito budista Alan Wallace dice que el Dalai Lama encarna las cuatro cualidades, que él cree, expresan lo mejor del budismo: “la racionalidad, el empirismo, el escepticismo y el pragmatismo”. Éstos son también los sellos distintivos de la ciencia moderna.

El Dalai Lama, indica Wallace, “dice a menudo con deleite, que si hay evidencia empírica que contradiga algo en el budismo, ‘a la basura!’ Él está muy firme en que el budismo tiene que ceder a la argumentación racional y al empirismo”.

En esa afirmación, expone otra característica que hace que su ejemplo sea importante en el mundo actual: la capacidad de cambiar lo que él cree, a la luz de la evidencia cambiante.

El libro de Begley sobre el diálogo entre la ciencia y el budismo, tiene un lamentable título de auto-ayuda: “Entrena tu Mente, Cambia tu Cerebro”, pero se los recomiendo de todos modos. Este es un buen momento para considerar otro camino.

Judith Hansen es la metro-editora para el Times Record. E-mail: jhansen@swtimes.com

No hay comentarios.: