martes, 4 de septiembre de 2007

DESPERTAR


Tu figura se distorciona con el transcurrir del tiempo, la magia de tus ojos se empañan tras el velo del orgullo, tu hermosa sonrisa se ha transformado en una especie de grito nocturno, esquizofrénico, colérico, diabólico. Tus palabras, en antaño tan sabias, se han convertido en dagas ardientes, blasflemas, hirientes, que provienen de una región oscura y perversa. Sin embargo, estás ahí, oculta y maniatada por una fuerza fastasmal, envuelta en llamas pidiendo a gritos que alguien tenga clemencia. En la noche en que la luna se tiña de sangre, cuando el bhúo anuncie la hora funesta, lucharé contra el mal que te posee, y después de ritos blancos, cuidaré de tu alma para siempre.

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