sábado, 1 de mayo de 2010

2190

Los 2190 se reunen alrededor de mí para recordarme que un día como hoy
los cristales se rompieron y los viejos edificios se desquebrajaron como
se caen las viejas velas.

¿El balance? totalmente desconocido,
no podría decir si la mitad son rosas o la otra mitad espinas,
aunque la sensación al escribir me confirma que han sido
los más importantes, trascendentales, eternos, locos, los mejores de mi vida.

Aunque los sueños, huesos rotos y callejones de la mente se confronten
entre los días gloriosos y las derrotas del amor y la autoestima,
los ríos y los mares se teñirán de rojo mientas los dioses nos castigan.

Despues de 2190 es necio e inutil volver a hablar de
electricidad, choque de trenes, explosiones galácticas
sin pensar también en abismos interminables,
huracanes infernales y lágrimas que no cesan,
que caen, se juntan y lastiman.

Quién diría que cuando te alejaste fue cuando más te quería,
que esta noche hace 2190 el universo nos daría
una oportunidad para contar nuestra historia,
aunque el final no pueda ser contada por nigún escriba,
y extrañarte fuera tan grande como la eterna
angustia de mis días.

Hoy, despues de 2190, la vida me ha dado mi lección de maestría,
"cuando creas que todo va a estar bien, es mejor que
respires profundo cuando veas que lo que más quieres
poco a poco desaparece de tu vida,
no sin antes dejarte una profunda herida que no cierra
y que cualquier intento por curarla es un dolor que no termina".


Y en verdad te digo que aunque no quede piedra sobre piedra,
el mar desaparezca entre relámpagos de azucar
y los bosque se marchiten de tanto extrañarte,
los días serán eternos mientras quede la luz de tu sonrisa
y seré feliz cuando a pesar de la distancia
y con quién sea, encuentres la felicidad eterna.

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