lunes, 24 de mayo de 2010

¿QUIÉN LOS DEFIENDE?

Una de nuestras herencias judio-cristianas más vergonzosas es el desprecio por la vida y los derechos de los animales. Para nuestra sociedad occidental acostumbrada al individualismo lastimoso, egocéntrico y rapaz, los animales no han sido otra cosa más que máquinas de alimentos, diversión y burla.

Basta ver los hechos recientes donde unos jóvenes desquiciados torturaron y mataron a un perro callejero, para darnos cuenta que nuestra educación ha sido errónea y mal enfocada.

Pero basta ver la visión que la propia religión católica tiene sobre los animales: En un pasaje bíblico Jesús se refiere al jefe de los fariseos como el zorro, evidentemente con una connotación negativa. También les llama "un puñado de serpientes" como si estos seres fueran malos y despreciables por derecho propio. Y en uno de los pasajes más impactantes, Jesús saca a unos demonios que atormentaban a un hombre para después meterlos en un grupo de cerdos, los cuales corren despavoridos hasta desbarrancarse por un precipicio. ¿Acaso estos cerdos no eran una creación de su padre?

Es evidente que el cristianismo no tiene ningún respeto por los animales, solo falta ver como algunos curas van a las corridas de toros para bendecir las plazas, como si la muerte de un toro fuera un acto de Dios que debe aplaudirse y fomentarse.

La marcha del sábado pasado en la Ciudad de México, en pro de los derechos humanos es un pequeño paso de un grupo de ciudadanos comprometidos por el respeto de todos los seres vivos de este planeta. La lucha es difícil porque como vemos el desprecio y la falta de sensibilidad está muy arraigado en nuestra conciencia colectiva. El paso está dado, fomentemos el respeto por unos seres que sienten y sufren al igual que nosotros, lo que los convierte en nuestros semejantes.

No hay comentarios.: