viernes, 28 de agosto de 2009

BUENA PARTIDA


Si algo comprobé hoy es que soy muy malo para los juegos de azar, pero siempre gano. Será porque realmente no me importa perder o ganar, simplemente me divierto. Hoy un amigo me invitó a su casa a echar el poker, no tenía muchas ganas pero despues de tanto insistir y sin nada mejor que hacer decidí ir un rato. Lo comprobé una vez más, lo mío no es el juego pero sí la suerte. Después de horas de estar sentado sin que la balanza del destino se moviera un poco hacia un lado, llegó mi mano ganadora.
A veces cuando estoy en alguna reunión siento que me falta algo, me siento incompleto. A veces siento que cuando me subo al coche y volteo hacia el asiento de al lado hace falta alguien que esté ahí y que me diga que le baje a la radio, pero la mayoría de las veces puedo subirle al volumen hasta que no escucho ni la sirena de una ambulancia. No sé, a mi edad no debería ir solo a todas partes, muchos pueden pensar que soy gay.
Pero no importa, la mayoría de mis conocido se ha acostumbrado a verme llegar solo o a lo mucho con mi hermano, mi fiel escudero. A las 2 AM, la suerte ha tocado a mi puerta. La última mano ha sido ganada por el más malo de los jugadores de poker, una buena mano de casi 200 pesos. En el fondo suena una voz que me dice: "afortunado en el juego, desafortunado en el amor", trato de ignorar esa voz y recojo las fichas de la mesa. Es hora de partir. Me despido de mi amigo y de su perra, subo al coche y prendo el estéreo, me voy a mi casa. Miro hacia el asiento de al lado y como de costumbre está vacío. No cabe duda que soy muy afortunado.

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