Qué importa que estés a diez años luz,
que camines por lugares donde no se usen los pies
y que la voz sea sólo un pensamiento,
si con la imaginación puedo tocarte.
Qué importa que tu imagen sólo sea una nube en el cielo
y que tus ojos no me miren desde cerca,
si te imagino sonriendo y la lluvia
me recuerda la humedad de tu cabello en las mañanas.
Qué importa que físicamente no estés aquí,
que hayas emigrado como mariposa monarca,
sí cuando tu bates las alas
la mañana despierta más iluminada.
Qué importa que no te sienta junto a mí,
si en las noches en que te sueño
los cometas pasan cerca
y la luna se asoma para hablarme de ti.
Que importa que ni siquiera me recuerdes,
que te hayas ido a vivir a una región lejana,
si cuando abro mi ventana
los pájaron cantan y florece un alhelí.
Que importa si en el futuro no estás nunca más,
y no te mire caminar por los jardines,
si en el pasado fuiste mi diosa
y en el presente muero por ti.
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